El Daño Cerebral Adquirido (DCA) es una lesión súbita en el cerebro que cambia la vida de la persona afectada y de su entorno. No es una condición de nacimiento ni degenerativa, sino el resultado de una situación inesperada y reversible.
Entre sus causas más frecuentes se encuentran el ictus o accidentes cerebrovasculares, los traumatismos craneoencefálicos y otras situaciones como tumores, infecciones o falta de oxígeno.
Las secuelas son muy variadas, pueden afectar la movilidad, el habla, la memoria, la capacidad de decisión o la estabilidad emocional, e incluso alterar la autonomía diaria. Cada persona es única y la combinación de síntomas también lo es.
Detectar a tiempo, tratar adecuadamente y contar con recursos especializados puede marcar una gran diferencia.
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El ictus es una alteración brusca de la circulación cerebral que afecta a una parte del cerebro y puede cambiar la vida de quien lo sufre. Aunque suele asociarse a personas mayores, también puede afectar a personas jóvenes. Se conoce también como accidente cerebrovascular o ataque cerebral.
Prevenir un ictus es posible si se adoptan hábitos de vida saludables y se controlan ciertos factores de riesgo. Desde ADACEA, compartimos las principales recomendaciones del Comité Español Interdisciplinario de Prevención Vascular:
Actuar rápido puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Si detectas un posible ictus, sigue estos pasos de forma inmediata:
1. Reconoce los síntomas.
2. Llama al 112.
3. No dejes sola a la persona.
4. No le des alimentos ni medicación.
5. Toma nota de la hora.
6. Informar al personal sanitario. 
El ictus no siempre es imprevisible. En muchos casos se puede prevenir, y si se actúa a tiempo, también se pueden reducir sus secuelas. Conocer los factores de riesgo y los signos de alarma es el primer paso para proteger tu salud cerebral y la de quienes te rodean.
El Traumatismo Craneoencefálico (TCE) es una lesión cerebral causada por un golpe o sacudida en la cabeza. Puede alterar la conciencia y afectar las capacidades físicas, cognitivas y emocionales de quien lo sufre. Es una de las principales causas de discapacidad en personas jóvenes.
La mayoría de los TCE se pueden evitar tomando precauciones en la vida diaria. Estas son algunas medidas clave para reducir el riesgo:
En el tráfico:
En actividades deportivas o laborales:
En el hogar y en el entorno:
Si una persona ha sufrido un golpe en la cabeza, sigue estos pasos con rapidez y precaución:
1. Mantén la calma y asegúrate de que el entorno sea seguro antes
de intervenir.
2. Valora el estado de conciencia: si está despierta, hazle preguntas
simples para comprobar su orientación.
3. No muevas a la persona, salvo que esté en una zona peligrosa. Un
movimiento brusco puede agravar posibles lesiones.
4. Si está inconsciente, pero respira, colócala en la posición lateral de
seguridad para prevenir atragantamientos en caso de vómito.
5. No le des alimentos ni bebidas, especialmente si está mareada,
desorientada o inconsciente. Podría atragantarse o vomitar.
6. Llama inmediatamente al 112 y describe los síntomas observados.
El TCE es una lesión con un fuerte impacto físico, emocional y social. La prevención (especialmente en la conducción, el deporte y el entorno laboral) y la atención especializada son claves para reducir riesgos y mejorar la calidad de vida tras el daño. 
															
															Un tumor cerebral es una masa de células que crece en el cerebro o sus alrededores. Puede ser benigno (sin capacidad de malignizar, pero potencialmente peligroso por su tamaño o ubicación) o maligno (de crecimiento rápido y resistente al tratamiento). Algunos tumores se originan en el propio cerebro; otros son metástasis que llegan desde otro órgano.
En términos generales, los tumores cerebrales no son prevenibles a través de cambios en el estilo de vida.
Frente a la menor sospecha de un tumor cerebral, actúa así:
1. Consulta médica urgente si aparecen síntomas persistentes como dolores de cabeza intensos, convulsiones o cambios neurológicos. 
2. El médico solicitará pruebas de imagen (tomografía computarizada o resonancia magnética) que permitan localizar la lesión. La biopsia confirma el tipo preciso de tumor. 
3. El tratamiento suele requerir un enfoque multidisciplinar: cirugía, radioterapia, quimioterapia y, en algunos casos, inmunoterapia o terapias emergentes para reducir la inflamación o atacar el tumor directamente.
Dentro de esta categoría se recogen aquellas otras causas que tienen una menor incidencia, pero cuyas secuelas y abordaje serán los mismos que en las causas anteriores. Incluyen:
La anoxia cerebral ocurre cuando el cerebro deja de recibir oxígeno por completo. Esta privación, incluso por unos pocos minutos, puede provocar lesiones cerebrales graves, permanentes o, en los casos más extremos, la muerte.
La encefalitis es una inflamación del cerebro que puede estar provocada por infecciones víricas o bacterianas, o por una reacción anómala del sistema inmunológico que ataca al propio tejido cerebral.
El COVID persistente, también conocido como COVID prolongado o Long COVID, es una condición en la que los síntomas derivados de la infección por SARS-CoV-2 se mantienen durante semanas o incluso meses después de superar la fase aguda de la enfermedad.
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